Manos amigas



Cada uno es como es; Ruth (vamos a ponerle nombre ya) necesita aislarse de todo y de todos en momentos como éste y yo necesito hablar con los amigos, sea para desahogarme y llorar a moco tendido (cosa que se me da muy bien), sea para ordenar mis ideas y ver otros puntos de vista, o sea pnara distraerme y dejar de darle vueltas a la lavadora, aunque sólo sea un ratito.

Total, que tras ver a Ruth tan hecha polvo la primera noche, viendo que yo no sólo no podía ayudarla sino que más bien la iba a hacer sentir peor, mandé un SMS a Pili y Mili, nuestras mejores amigas, diciendo que la llamaran al día siguiente porque las iba a necesitar. Claro, yo lo hice con la mejor intención, pensando que le ayudaría porque sería lo que yo necesitaría en su situación... pero me cayó una bronca cuando se enteró... (aunque sabía que lo había hecho de buena fe).

La cuestión es que quien acabó quedando con ellas fui yo, después de pasar por casa a devolverle sus llaves y llevarme las mías (con las prisas cogí las primeras que vi). Y allí estaba ella, pobre, hecha polvo e intentando mantener las distancias para no hacer de aquello un drama. Se me partió el corazón al verla allí de aquella manera, sin poder darle siquiera un abrazo ni un beso de despedida, pero pensé que sería mejor que me fuera cuanto antes para que mi visita alterara lo menos posible su ya triste estado de ánimo.

Con la lágrima en el ojo fui al encuentro de Pili y Mili, con quienes, pasado el primer "Cómo estás?" y, sobre todo, el "Cómo está Ruth?", con el que temí echarme a llorar desconsoladamente en la calle, conseguí hablar del tema con una entereza admirable en mí. Les expliqué, me pusieron al tanto de sus teorías sobre las fases de una relación y le dimos vueltas a la situación hasta no quedar nada más que decir. Tras pedirles (innecesariamente, pues lo habrían hecho igual) que cuidaran de Ruth nos separamos y yo fui a buscar a Karola al trabajo, puesto que también había quedado con ella (aunque ella no sabía nada todavía, de hecho, habíamos quedado para hablar del fin de su tormentosa relación con su ya ex).

Tomamos algo contándonos nuestras penas, cenamos contándonos nuestras penas y acabé durmiendo en su casa (en el sofá) porque ya había perdido el último tren hacia el quinto pino en el que viven mis padres.

Y esta mañana, con el café con leche, creo que he encontrado un camino bastante seguro (o, por lo menos, no descabellado) para llegar a tomar una decisión con una base sostenible. Las piezas encajan, los sentimientos me llevan a tomarla y el sentido común también, sin embargo esperaré lo necesario para saber con total seguridad que no es una decisión impulsiva. Espero no equivocarme.

4 comentarios:

Eva 20 de agosto de 2009, 1:15  

Hola,
He leído todas tus entradas (veo que es un blog jovencito) y realmente creo que has sido muy acertada en catalogarte de ovillopersonita ^^.
Pero tranquila, creo que no estás sola en el "mundo mundial" y aquí una servidora muchííííísimas veces es un auténtico ovillo.
Demasiado darle al coco, a veces, es malo, porque nos confunde aún más.
No sé realmente tu verdadera situación emocional y los pormenores de tu relación, pero sí te puedo decir, (por experiencia propia) que el verdadero amor, ese que te marca para toda la vida, muchas veces se convierte en nuestro mejor amigo, ese que nos acompañará un buen rato en el largo camino de la vida.
Mi relación ideal siempre ha sido tener a alguien que comprenda los términos:
amistad, amor y deseo.
Es un pack de 3 indivisible.
Un beso.

P.D: Te deseo mucha suerte y que tomes la decisión adecuada.
¿Cómo? Pues seguramente, en el fondo, tú sabes la respuesta.

Bollovillo 20 de agosto de 2009, 10:14  

Hola Eva,

Muchas gracias por tu comentario. Sí que acerté el nombre, sí... (en algo tenía que acertar en esta vida... ;-)

La verdad es que empiezo a decantarme por volver, ya que creo que es lo que realmente quiero, pero claro, con un ovillo nunca se sabe... a ver si no me vence el impulso de coger el teléfono y consigo esperar un par de días más... ufffff.

Un beso.

OVEJANEGRA 21 de agosto de 2009, 23:44  

Mucha suerte... el 2009 no es un año que nos haya traído cosas buenas...
pero en diciembre se acaba... y ya verás, para entonces tu ovillo ya será un jersey precioso y tejido con unas manos muy diestras.

bienvenida a la bollosfera...

Bollovillo 22 de agosto de 2009, 0:14  

Hola Ovejanegra,

Muchas gracias por tu visita y por tu comentario... espero que tengas razón con lo del jersey... a ver si es verdad y lo puedo tener acabado para entonces y así lucirlo todo el invierno...

Ah! Y gracias por la acogida... ;-)