
Además, más que una madalena o un biberón, se me antoja un buen remedio antilibido lésbico... una teta como ésta y bye bye calentón...
En fin, a lo que iba, la madalena venía porque tengo un hambre atroz... desde que estoy en casa de mis padres tengo un runrún tocanarices que no me deja vivir (yo no soy andaluza, pero mis padres sí, y tuvieron una charneguita muy exagerá). No sé si serán nervios o si -ya sé que esto no hay que decirlo nunca de una madre- la cocina de mi madre ya no me gusta como antes (secreto de sumario).
El otro día tuve que bajar a la cocina a las tres de la mañana... a comerme una madalena! que mi madre dice que las ha comprado por mí, que ella no come... tócate las narices; me tengo que comer una bolsa industrial de madalenas.
Vaya post profundo el de hoy... en fin, el tema Ruth sigue dando vueltas en mi cabecita y parece que empiezan a aparecer algunas luces, pero vete tú a saber... calma y ya saldrá solito. Prefiero no pensar demasiado y dedicarme más a mis chorradas para distraerme y dejar que los sentimientos fluyan.
2 comentarios:
Que no, ni de coña. Es una madalena, que sí, que no aghh!
Pues a mí cada vez me gusta más la comida de mi madre. Hace una menestra anti resaca de morirse.
Yo, desde luego, prefiero pensar que es una madalena...
Por cierto, hoy mi madre ha hecho un invento para comer... Ummmmmmmm... bue-ní-si-no!!! Si es que madre no hay más que una (y me ha hecho tragarme mis palabras de ayer, jeje).
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